Cada paso que damos las mujeres en defensa de nuestra igualdad es una nueva conquista alcanzada desde esa revolución silenciosa, casi invisible, pero constante.
La historia nos hizo diosas para ser loadas y después, los miedos patriarcales nos convirtieron en brujas para ser quemadas. El mundo industrial nos relegó al cuidado de esposos, príncipes azules desteñidos; al cuidado de nuestros hijos; al cuidado de ancianos. Lo teníamos que dar todo a cambio de nada, o acaso a cambio de unas migajas de amor.
Sólo la fuerza de ser mujer ha hecho que seamos las más eruditas, las mejor formadas. Pero aún seguimos siendo invisibles, no ocupamos poderes, las desigualdad es son evidentes en salario y precariedad laboral.
Cuando la revolución de las mujeres del mundo triunfe, todos seremos más dichosas. ¡MUJERES DEL MUNDO UNAMONOS¡¡¡¡¡
La historia nos hizo diosas para ser loadas y después, los miedos patriarcales nos convirtieron en brujas para ser quemadas. El mundo industrial nos relegó al cuidado de esposos, príncipes azules desteñidos; al cuidado de nuestros hijos; al cuidado de ancianos. Lo teníamos que dar todo a cambio de nada, o acaso a cambio de unas migajas de amor.
Sólo la fuerza de ser mujer ha hecho que seamos las más eruditas, las mejor formadas. Pero aún seguimos siendo invisibles, no ocupamos poderes, las desigualdad es son evidentes en salario y precariedad laboral.
Cuando la revolución de las mujeres del mundo triunfe, todos seremos más dichosas. ¡MUJERES DEL MUNDO UNAMONOS¡¡¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario